Sunday, November 22, 2015

Desahogo

El último año de la preparatoria fue uno de los mejores años. Una de las razones fue porque conocí personas que influyeron mucho en mi vida. Personas que aunque las trate poco tiempo, me hicieron ver muchas cosas y darme cuenta de lo que de verdad quería en la vida.
Tome una de las decisiones más importantes de mi vida, que fue en donde iba a estudiar y a que me iba a dedicar. Tenía mucho tiempo libre y podía hacer muchas cosas que me gustaba. Creo que lo único malo era que, de tanto tiempo libre que tenía, a veces me aburría bastante.

Extraño mucho Tampico; más que a la ciudad, extraño a la gente. A mi familia, a mis amigos… creo que lo que más extraño, era lo sencillo que eran las cosas. Por ejemplo: si quería ir a algún lado, solo tomaba un camión, o le decía a mi madre si tenía tiempo para llevarme. La preparatoria era pesada, pero no tanto como la universidad. Dormía más tiempo, y no tenía tanto estrés como lo tengo ahora.
Pienso mucho en el futuro, en lo que voy a hacer después de estos tres años (a veces me pregunto si voy a poder terminarlos) y me da mucho miedo, me aterra, me asusta. No tengo ni idea de lo que va a pasar. ¿Voy a encontrar un trabajo? ¿Mis padres me apoyaran económicamente? La verdad, no lo sé.
Por una parte estoy tranquilo, porque tengo una familia que me apoya demasiado, siento que les debo mi vida. Mi padre y mi madre, a pesar de que han cometido errores en el pasado (yo me incluyo, porque no soy perfecto), nos hemos perdonado y podemos seguir siendo una familia muy unida.


Últimamente me siento solo y a veces con mucho miedo, pero supongo que es porque aún no me acostumbro a esta ciudad tan grande y con tanta gente. Mi grupo es uno de los mejores, me apoyan bastante, y son personas hermosas que quiero seguir teniendo en mi circulo de amistad. Tal vez con el tiempo, pueda ser otra vez el Jamille curioso, que no le tenía miedo a nada; por el momento, lo mejor es esperar y no dejar de intentarlo. 

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