El último año de la preparatoria fue uno de los mejores
años. Una de las razones fue porque conocí personas que influyeron mucho en mi
vida. Personas que aunque las trate poco tiempo, me hicieron ver muchas cosas y
darme cuenta de lo que de verdad quería en la vida.
Tome una de las decisiones más importantes de mi vida, que
fue en donde iba a estudiar y a que me iba a dedicar. Tenía mucho tiempo libre
y podía hacer muchas cosas que me gustaba. Creo que lo único malo era que, de
tanto tiempo libre que tenía, a veces me aburría bastante.
Extraño mucho Tampico; más que a la ciudad, extraño a la gente.
A mi familia, a mis amigos… creo que lo que más extraño, era lo sencillo que
eran las cosas. Por ejemplo: si quería ir a algún lado, solo tomaba un camión,
o le decía a mi madre si tenía tiempo para llevarme. La preparatoria era
pesada, pero no tanto como la universidad. Dormía más tiempo, y no tenía tanto estrés
como lo tengo ahora.
Pienso mucho en el futuro, en lo que voy a hacer después de
estos tres años (a veces me pregunto si voy a poder terminarlos) y me da mucho
miedo, me aterra, me asusta. No tengo ni idea de lo que va a pasar. ¿Voy a
encontrar un trabajo? ¿Mis padres me apoyaran económicamente? La verdad, no lo sé.
Por una parte estoy tranquilo, porque tengo una familia que
me apoya demasiado, siento que les debo mi vida. Mi padre y mi madre, a pesar
de que han cometido errores en el pasado (yo me incluyo, porque no soy
perfecto), nos hemos perdonado y podemos seguir siendo una familia muy unida.
Últimamente me siento solo y a veces con mucho miedo, pero
supongo que es porque aún no me acostumbro a esta ciudad tan grande y con tanta
gente. Mi grupo es uno de los mejores, me apoyan bastante, y son personas
hermosas que quiero seguir teniendo en mi circulo de amistad. Tal vez con el
tiempo, pueda ser otra vez el Jamille curioso, que no le tenía miedo a nada;
por el momento, lo mejor es esperar y no dejar de intentarlo.
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